Una noche de verano, Matías Olle, guitarrista de la banda Dr. Canejo, volviendo de un recital de Tren Loco y llegando al cruce de las 5 esquinas de Ituzaingó, se encontró junto a un auto desvencijado cuyo color no alcanzó a definir por el óxido.
En ese momento sonó su teléfono y al atender, una voz hosca le dijo:

- La guitarra que buscás está en el auto.
- ¿Quién habla? ¿Qué guitarra? ¿Qué auto? - Dijo Matías.
- El que está al lado tuyo - Le respondió la voz.
- Pero ¿Quién sos?
- Vos llevate la guitarra y dejame la cerveza que estás tomando en la encrucijada.

Al abrir el auto, encontró una guitarra Charvel Superstrat con Micrófonos SX doble bobina. A partir de ese momento, mejoró su toque y empezó a hacerse de un sonido más pesado y obscuro.
Ese acontecimiento lo llevó a querer formar una banda de Hard Rock que corrompiera las mentes conformistas de los jóvenes bonaerenses.

La primera formación contaba con miembros que no pudieron vencer la vulgaridad y la codicia del mundo contemporáneo. Otros tantos no sobrevivieron a los estragos que la distorsión hizo sobre sus oídos.
Con la banda casi deshecha, y en el peor momento de la historia reciente, con un virus amenazando destruir todo el legado del rock. El espíritu obscuro de la Charvel encarnó en un cuarteto que desafiaba aquel final de la civilización como la conocíamos.
Pero el hambre de caos de la filosa guitarra no se conformó con eso y logró corromper a otro de sus miembros, que afortunadamente, encontró refugio junto a las bestias… y esa se convirtió en su misión sagrada.

Quedando así, la tríada definitiva que busca restituir el honor y la gloria del ROCK: